Las nuevas auroras

Rodrigo Alonso

Las obras de Silvia Brewda llaman la atención por su belleza, precisión y sensibilidad. Sin embargo, detrás de cada una de ellas, hay investigaciones extensas, interrogaciones recurrentes, búsquedas difíciles de traducir visualmente. Los trabajos que vemos hoy son el resultado de procesos de depuración, tanto estéticos como conceptuales, que han llevado a la artista a concentrar su expresión en procedimientos acotados y simples. Entre éstos sobresalen su voluntad por trascender la bidimensionalidad, su magnífico uso del papel y la potencia que imprime sobre un color (o no-color) especial: el blanco.

El blanco aparece en los trabajos de Brewda como un material plástico que construye espacios límpidos y silenciosos, pero también, como un elemento con connotaciones sensoriales y simbólicas. El blanco puede remitir al vacío, la espiritualidad, la luz, la pureza. Está en el origen de la obra artística, en ceremonias sociales y religiosas, en rituales de pasaje, casi siempre asociado a la energía de los procesos creativos y vitales. Desde su lugar, la artista lo convoca para producir piezas de delicada factura y poderosos efectos sobre el espectador.

Silvia Brewda

2025